viernes, 13 de noviembre de 2009

DIA 11 y 12. AMAZONAS (Parte 1)


Por los canales


Anaconda




El encuentro de las aguas




Atardecer en el Amazonas


Se va el caiman, se va el caiman


Dia 11
A las 03.30 ya estamos en pie ya que tenemos el vuelo entre Iguazu y Manaos a las 06:30 y tenemos que hacer los tramites de entrada desde Argentina a Brasil para llegar hasta el aeropuerto de Foz de Iguazu. De nuevo empezamos con nuestra gran suerte con los vuelos, tenemos que hacer escala en Sao Paolo y por causa de la de niebla el aeropuerto esta cerrado hasta nuevas noticias. Hay otro vuelo a las 13:30 y nos unimos a unos matrimonios italianos que se las estaban liando a la TAM y conseguimos que hasta esa hora nos hospeden en un buen hotel con desayuno buffet incluido, e incluso nos da tiempo a echar la siesta del borrego.
Resumiendo, que tras escala en Sao Paolo llegamos a Manaos a las 11 de la noche donde nos esta esperando Javier Roca, el guia con el que habiamos contratado el crucero de 4 dias por el amazonas. Nos lleva hasta el hotel Dez de Julho, que es el que teniamos reservado, y caimos en la cama rendidos por el viaje.
Dia 12
Nos levantamos temprano e incluso nos da tiempo a comprar alguna ropa para el crucero, ya que en la maleta perdida habia varias cosas que necesitabamos. A las 9:30 nos recoge Javier y nos lleva al barco. En la excursion va todo incluido menos las bebidas alcoholicas, asi que en el mismo puerto compramos cerveza, y cachaça para las caipirinhas, Antonio no perdona ni en el Amazonas. Al final Javier Roca no nos hace de guia pero nos presenta a nuestro guia para estos dias llamado Vilmar, un brasilenho que habla perfectamente espanhol y que nos ha hecho difrutar muchisimo durante la travesia y ha sido el profesor de caipirinhas de Antonio, ya vereis que bien las hace el tio.
A bordo del barco, que es parecido a los de los del Missisipi pero mas pequenho, nos esperan unos brasilenhos, Marcos y su hijo Uriel, y una japonesa llamada Masami, que haran el viaje con nosotros. Nos presentamos y empezamos a recorrer el inmenso Rio Negro, afluente del Amazonas. El Rio Negro como bien dice su nombre es muy oscuro, muy parecido al vino moscatel y en alguno de los tramos que navegamos llega a tener 25 kms de ancho, mas o menos como el Rio Segura a su paso por el Puente de los Peligros. Despues de atravesar una primera parte del rio pasamos por unos canales para cruzar hasta el Rio Amazonas. En esta epoca del anho los rios estan muy crecidos y navegamos por las copas de los arboles de la selva inundada. La variedad de aves es increible y cuando llegamos a una parte mas ancha empezamos a ver delfines rosados del Amazonas que se nos cruzan por la proa del barco, pensabamos que seria dificil verlos pero a lo largo del viaje vimos muchos.
En las orillas del rio vive mucha gente en casas de madera, por llamarlo de alguna manera, y otros montan sus negocios de venta de souvenirs para los guiris o restaurantes flotantes. Paramos en uno de estos sitios y nos hicimos las tipicas fotos con los bichos que te traen los ninhos, a cambio de unos reales. Bueno, las fotos me las hice yo con una anaconda y con un oso perezoso, Merce y Antonio miraban desde la lejania.
Despues de la turistada fuimos a recoger a Juan y Mikel, dos psicoanalistas de San Sebastian que habian estado de congreso en Sao Paolo y aprovecharon para hacerse este viajecito por el Amazonas. Los recogimos y empezamos a navegar hasta el encuentro de las aguas, un fenomeno muy curioso que se da cuando las aguas del Rio Negro, mas oscuras, y las del Rio Amazonas, mas claras, se encuentran y se mantienen 12 kms sin juntarse a causa de la distinta velocidad, temperatura y composicion de las aguas. Un poco de culturilla no os viene mal, eh?
Continuamos navegando ahora hasta la casa de Joao, el capitan del barco. Joao vive en una casa flotante y dejamos nuestro barco al lado de la casa para pasar la noche. Tras un atardecer espectacular se hace de noche y montamos todos en una canoa a remos en la que nos acompanhan Vilmar, Joao y Quemado (el grumete). Al poco de empezar a navegar Joao ve un caiman al alumbrale los ojos con la linterna y Quemado en un gesto rapidisimo lo agarra del cuello y de la cola para subirlo a la canoa, se trata de un bicho pequenho, de un metro. Despues de la captura lo llevamos al barco y alli nos hacemos unas fotos y lo dejamos de nuevo en libertad.
Pensabamos que en la selva ibamos a ponernos a regimen pero la cocinera del barco era buenisima y hacia unos platos para chuparse los dedos y cantidad para el doble de los que eramos, preparo una cena a lo grande y luego Vilmar no paraba de prepararnos caipirinhas con las dos botellas de cachaça que habiamos comprado. Ademas los vascos habian comprado otras dos por si nos faltaba.
A la hora de dormir lo teniamos que hacer en hamacas en la parte superior del barco. En el cielo habia millones de estrellas, luciernagas a montones y ruidos de muchos animales que no lograbas reconocer. Nunca habiamos dormido en hamacas pero nos acostumbramos bien, a lo que no nos acostumbramos fue a los ronquidos de Juan y Mikel, que parecian jaguares. Otras malas lenguas dicen que yo tambien roncaba, pero no hay pruebas que lo corroboren.
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